El jueves día 5 de Octubre de 2011 nos dejó alguien que visionó el futuro, que imaginó más allá que el resto, alguien que trabajó y siempre creyó en sus sueños, para crear una parte de lo que hoy tenemos a nuestro alrededor. No podía dedicar mi colaboración semanal los lunes de 2011 en «Vuelta de Hoja» a otro tema o figura que no fuese la de Steve Jobs, un gran hombre, aunque solo sea por lo mucho que han dado a mí familia Jobs y su Manzana, por eso lo hago con profunda nostalgia, y también con la esperanza de que haya muchos Steve Jobs en el futuro.
Aún recuerdo, con emoción, las horas de “trasteo” con el viejo Macintosh que tenía en mi cuarto, cuando era solo un crío, y todos los Mac y gadgets de Apple que pasaron por mi casa después, evocando la inspiración de un ser humano que supo hacer “magia” para el mundo en forma de tecnología, y en la demostración de que nada es imposible si te lo propones y luchas por ello con ahínco. Mi padre siempre fue fiel a Apple, trabajando durante diez años en la primera empresa de Extremadura en comercializar sus productos, para luego crear su propia empresa sustentada en los pilares de Mach, que aún sigue en marcha.
Poseer un Macintosh por entonces, allá por 1985, era considerado algo así como pertenecer a una secta, una religión, una forma de vida. Sin duda, los valientes que desafiaban a Microsoft y a sus millones de adeptos con un ordenador, generalmente blanco, con el logo de la manzana, reunían una serie de características que no pasaban nunca desapercibidas. Era gente soñadora, rebelde, arriesgada, cabezona como lo era el creador de Apple, convencida, que supo entender anticipadamente el destino que Don Steve, aquel niño adoptado, forjó en un garaje de Palo Alto (California), en 1976, donde creó el primer Mac, el Apple I, junto con Steve Wozniak. Apple ya estaba fundada, y solo en la mente de Steve Jobs versaba el futuro de éxito sin límites de la compañía.
Más adelante, Apple fue emergiendo en otros sectores, coincidiendo con el desarrollo de sus recursos y de su política de marketing, que siempre encontró su estandarte en una técnica tan prehistórica como efectiva, la del boca a boca. Después de las primeros computadoras Macintosh vinieron las más modernas, el iPod, el iTunes Store, el iPhone, la tineda de aplicaciones App Store, y por último el iPad, esa tableta. Apple crecía a límites insospechados, aunque sí por Steve Jobs, y siempre manteniendo la esencia de sus comienzos: la diferenciación y exclusividad, la búsqueda de la perfección, el predominio de lo táctil, el futurismo, la fantasía…
Apple y Steve Jobs, un hombre y su destino. De nada sirvió que fuera relegado de su propia compañía por otros miembros, para acabar abandonando la empresa que el mismo fundó en 1986. Steve Jobs compra por 10 millones de dólares la empresa The Graphics Group, en adelante Pixar, ahora en manos de Walt Disney, a cambio de 7400 millones de dólares. Con 30 años de edad, decide continuar su carrera empresarial en el mismo sector y funda NeXT Computer Inc. En el plan de negocios se estableció que, al igual que se hacía en Apple, la compañía vendiese al cliente no sólo el hardware, sino también el sistema operativo y parte del software de usuario. Ambas empresas funcionaron a la velocidad de la luz, tras encontrarse en su camino con un genio llamado Steve Jobs. Apple Computer anunció el 20 de diciembre de 1996 la adquisición de NeXT Software por 400 millones de dólares con el fin de actualizar el vetusto sistema operativo de los Macintosh,después del fracaso de la compañía con Copland, un proyecto que nunca llegó a terminarse. Así, Steve Jobs volvió a formar parte de la compañía Apple, cuando su manzana, en declive, más le necesitaba. Así pudo Steve recuperar el mando de su destino, sin desistir en su empeño, para seguir soñando juntos, la manzana y él , y así alzar a Apple a lo más alto, a lo que hoy significa en el mundo. El 24 de agosto de 2011 presentó su renuncia como CEO de Apple, siendo sustituido por Tim Cook, quien ahora continuará el legado de Steve Jobs. A partir de esa fecha y hasta su muerte, fue el presidente de la Junta Directiva de Apple.
Su muerte se anunciaba, y él lo sabía, aunque mantenía la esperanza. Un reiterativo cáncer de páncreas acabó con su vida. Se murió como siempre fue un valiente, como ese hombre que iba con vaqueros y un austero jersey negro de cuello largo en las presentaciones de los nuevos productos de Apple, pese a amasar una fortuna de más de 7000 millones de dólares en acciones (porque como sueldo de director de la compañía se puso un simbólico dólar anual). Su carácter vital, soñador, despierto, con los pies en el suelo del hoy y a la vez del mañana se observa en un discurso para la historia, su discurso en una graduación universitaria en Stamford, que él sustenta en tres historia de su vida. Sin duda es un video que debería ser proyectado en todas las escuelas del Planeta Tierra; por su fortaleza, su fuerza motivadora, la pasión en lo que dice.
Todos podemos ser Steve Jobs, soñemos y creamos en lo que nos proponemos, siempre fundamentados en la justicia, en la paz, en la fe, en el amor a nuestro destino. Me quedo, para terminar, con una de las reflexiones en su discurso de Stamford, la tercera historia, precisamente sobre la muerte: “Cuando tenía 17 años leí una cita que decía algo parecido a “Si vives cada día como si fuera el último, es muy probable que algún día hagas lo correcto”. Me impresionó, y en los últimos 33 años me miro al espejo todas las mañanas y me pregunto: Si hoy fuera en último día de mi vida, ¿querría hacer lo que estoy a punto de hacer? Y cada vez que la respuesta ha sido “no” varios días seguidos, sé que necesito cambiar algo”. Descanse en paz.
Escrito por Guillermo Alegre en 2011 en el extinto periódico digital «Vuelta de Hoja».
1 comentario on “El legado de Steve Jobs”
«Esto es para los locos. Los inadaptados, los rebeldes, los problemáticos, los alborotadores. Las clavijas redondas en agujeros cuadrados. Ellos no tienen apego a las reglas y a los que no tienen respeto por el “status quo”. Puedes citarlos, discrepar de ellos, ensalzarlos o vilipendiarlos. Pero la única cosa que no puedes hacer es ignorarlos… Porque ellos cambian las cosas, empujan hacia adelante la raza humana y, aunque algunos puedan verlos como locos, nosotros los vemos como genios. Porque las personas que están lo bastante locas como para creer que pueden cambiar el mundo, son las que lo hacen.»
Una gran pérdida. Es una pena, porque estoy seguro de que el mundo tal y como lo conocemos hoy, no sería el mismo si Steve Jobs siguiera vivo. En el libro de su biografía leí que sus próximos proyectos eran revolucionar la educación (dijo que no quería ver a más niños con mochilas de 10 kilos a la espalda), y meterse en el mundo de la TV… seguro que hubiera conseguido que la TV se manejara con un mando de un solo botón. Genio!