El pasado miércoles 24 de abril de 2013 tuvo lugar la primera Jornada Hispano-Israelí de Innovación y Crecimiento empresarial, celebrada en el Centro de Cirugía de Mínima Invasión Jesús Usón de Cáceres.
Al evento asistieron diferentes personalidades del mundo de la política y de la empresa de España e Israel, así como una gran representación del tejido empresarial de Extremadura y algunos estudiantes de la Universidad, entre los que tuve la fortuna de formar parte. El evento tuvo una gran difusión en los medios de comunicación nacionales, regionales y locales.
Me sorprendieron las fuertes medidas de seguridad que acompañaron al acto, que hicieron que su comienzo se demorara más de una hora y media, al tener que pasar todos los asistentes por dos dispositivos de seguridad (detección de armas, reconocimiento facial, etc) y esperar una larga cola para obtener la acreditación oficial.
Por otro lado, el Gobierno de Extremadura, organizador del evento, no escatimó en espectacularidad para la organización del evento, que contó con sendos catering para desayuno y almuerzo, música en directo, y un buen número de empleados, azafatas, traductores y guardas de seguridad para que todo saliera a las mil maravillas. Sin duda, mereció la pena invertir ese miércoles en asistir a estas Jornadas.
Después de la inauguración, que corrió a cargo de José Antonio Monago (Presidente de Extremadura), Alon Bar (Embajador de Israel), con quien tuve la suerte de charlar en el almuerzo, y José Manuel Soria (Ministro de Industria, Energía y Turismo), tuvo lugar la conferencia inaugural, impartida por la isralí Nava Swersky Sofer, Ex Directora de la empresa «Yissum» de la Universidad Hebrea de Jerusalén, titulada “El compromiso del Estado de Israel con la innovación”.
A continuación, y hasta el almuerzo, se sucedieron dos sesiones formativas de emprendimiento, a modo de mesa redonda en la que los cuatro o cinco ponentes intervenían unos 20 minutos cada uno, tras ser presentados debidamente por el moderador de la mesa. Por último, después del almuerzo, hubo una última sesión, antes de dar paso a la clausura.
La primera sesión, bajo el nombre de «La universidad emprendedora», tuvo como ponentes a Prof. Mudi Sheves (Vicepresidente del Instituto Weizmann de Israel), Dr. Gabby Sarusi (Catedrático de la Universidad Ben Gurion de Israel), Ricardo Hernández-Mogollón (Catedrático de Economía Financiera y Contabilidad en la Universidad de Extremadura y Director del Consejo GEM (Global Entrepreneurship Monitor), José Luis Huertas (CEO de Mobbeel) y Adelaida de la Calle (Presidenta de la CRUE). Como moderador de la mesa estuvo D. Pedro Biurrun, Subdirector de Expansión y Responsable de expansion.com.
La segunda sesión, titulada «Financiación de la innovación», fue moderada por John Muller, Subdirector de El Mundo. El ponente principal fue Ehud Levy (Director y socio del fondo de capital riesgo Vertex). En el debate participaron Juan Carlos Castrosín (CEO en “Platform of Investments and Powerful Inventions»), Javier Ulecia (Consejero delegado de Bullnet Capital, especialista en Venture Capital y Vicepresidente de la Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo Ascri) y Lior Ben-Tsur (Partner en la incubadora tecnológica NGT de Nazaret).
Por último, la tercera sesión, llamada «Incubación: Ayudas a la innovación», fue moderada por Miguel Ángel Noceda (Corresponsal económico de El País). El ponente principal fue Yigal Erlich (Ex Jefe Científico y Director del fondo de capital riesgo Yozma). Los participantes en el debate fueron Manuel Sarasa (Director científico de Araclon Biotech), Mikel Landabaso (Jefe de Unidad en la Dirección General de Política Regional de la Comisión Europea), Gonzalo Die (Director de Desarrollo y Plataformas de Microsoft Ibérica), Gonzalo Martín-Villa (CEO de Wayra Global) y Nava Swersky Sofer (Ex Directora de la empresa «Yissum» de la Universidad Hebrea de Jerusalén). Acto seguido, el evento fue clausurado.
Entre la primera y la segunda sesión, hubo un breve descanso para tomar el desayuno en el patio. Allí, pude comprobar que, pese a que las ponencias eran de gran interés, la gente va a estos eventos a hacer networking, intercambiar tarjetas de visita y, en definitiva, a hacer negocios. Como estudiantes, no teníamos mucho que ofrecer empresarialmente, pero estuvimos charlando con varios empresarios y profesores y aprendiendo de ellos, en un entorno espectacular, con comida por doquier y música jazz en directo.
Después de la segunda sesión, hubo una hora larga para el almuerzo, en la que seguimos hablando con distintos asistentes y participantes, entre ellos Alon Bar, Embajador de Israel. Le mostramos nuestro asombro por el nivel empresarial existente en Israel ya que, pese a que sabíamos que los judíos siempre fueron buenos en los negocios, no sabíamos que ese país fuera tal incubadora de emprendedores, principalmente en el ámbito de la innovación tecnológica e industrial. Él nos comentó que en la prensa el 90% de las veces que se menciona a Israel es por el tema de la «guerrilla», pero que muchas veces se desconoce esta faceta empresarial de Israel. Este país, pese tener una superficie y población muy inferior a otros y no tener los mismos recursos naturales que, por ejemplo, España, tiene un sistema formativo para sus jóvenes que hace que sea el país con mayor número de empresas en funcionamiento por habitante y por metro cuadrado, siendo referentes en la innovación y la tecnología. Ello da lugar al llamado «milagro Israelí», que explica que un país relativamente nuevo haya conseguido levantarse de la nada y crecer económicamente hasta el éxito en apenas 60 años.
La clave del éxito empresarial de Israel se centra, fundamentalmente, en su modelo universitario, en el que se fomenta con ahínco la iniciativa emprendedora del estudiante, nada que ver con la situación en España, en la que la gran mayoría de los estudiantes viven en una continua «zona de confort» en la que solo se piensa en opositar o en esperar a que te lo den todo hecho contratándote por cuenta ajena, teniendo la culpa de ello el sistema universitario español, obcecado en la carga docente teórica y ajeno a la realidad.
Al acabar la carrera, y durante la misma, los estudiantes israelís disponen de unas instalaciones anexas al campus universitario, en las que cuentan con todo el material básico necesario para crear y gestionar su propia empresa, en lo que a recursos tecnológicos y científicos, económicos, informativos y jurídicos se refiere, lo cual les permite tener una gran base para gestionar sus innovadoras ideas. Además, en dicho sistema, los jóvenes empresarios israelís cuentan con grandes ayudas económicas, a devolver a largo plazo. Evidentemente, no todo se puede gestionar desde allí; cada empresario podrá luego requerir materias primas y material distinto que deberá encontrar por su cuenta. Aquí en España se están tomando medidas, pero aún estamos esperando la famosa «Ley del Emprendedor», como manifestaron varios ponentes de las Jornadas.
En las citadas instalaciones «post-universitarias» de Israel, se generan o incuban múltiples spin-off, ramificaciones empresariales de la universidad (si consideramos la universidad como una gran empresa). Es decir, los estudiantes aplican los medios que pone a su disposición la universidad para crear empresas innovadoras dentro de la universidad que poco a poco se separan de la misma. El estado de Israel, por medio de la universidad, reclama a las spin-off un porcentaje de sus beneficios durante unos años, como contraprestación por haber utilizado sus medios intelectuales, instalaciones y recursos. Y así, todos contentos.
Evidentemente no es fácil imitar un modelo como el de Israel de la noche a la mañana, pero, sin duda, son muy interesantes este tipo de intercambios culturales en el ámbito empresarial para saber en qué rumbo innovar y crecer económicamente como país. Hay muchas cosas que cambiar. En mi caso personal, he aprendido mucho de esta Jornada Hispano-Israelí en todos sus ámbitos y, sin duda, me será de gran utilidad.